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Fotografías:David Frutos
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Proveedores: Masisa, Arkoslight, Ceràmica Ferres, Cortizo, Enor, Interface, Levantina, Parex-Group
Descripción enviada por el equipo del proyecto. De todos los materiales y sistemas elegidos en este proyecto se optaron por elegir los materiales anteriormente listado porque sus características eran idóneas para este proyecto. Es importante recalcar que este proyecto de rehabilitación requería de la generación de un espacio técnico y muy datado de instalaciones.
En este proyecto hemos desarrollado dos estrategias arquitectónicas, cada una de ellas en uno de los edificios antiguos y contiguos que originan la intervención.
Uno, la nave primigenia con cubierta a dos aguas, patrimonio de la universidad, y otro el edificio racionalista de los años 70 adosado a esta nave. Uno, es la sala de exposiciones e interpretación de los fondos, y el otro los laboratorios y de más espacios que posibilitan la investigación sobre los fondos.
En la nave se ha optado por reconstruir y adecuar sus exteriores sin alterar su tipología y sistemas constructivos, prestando especial atención a no variar su escala con el cambio de cubierta y reproducir sus ornatos. Sin embargo en su interior hemos desarrollado un sistema tridimensional de panelados de madera de eucalipto pegados a la cara interior de la nave tanto en sus fachadas como en sus cubiertas. Esta piel interior busca generar un espacio interior ingrávido, sosegado, cálido, a la par que limpio y luminoso. Los panelados se suspenden sin tocar el pavimento de mármol blanco y la iluminación artificial desmaterializa y segmenta el espacio de la nave. Una reinterpretación y actualización de las atmosferas de los museos clásicos de colecciones naturales, atravesada diagonalmente por una pasarela liviana que desequilibra el espacio y su simetría.
Este espacio interior tiene dos apéndices. El primero es un elemento cerámico brillante que configura la entrada principal que recoge a los visitantes y los acompaña a la sala. Y el segundo es una gran ventana en el eje oeste que permite las miradas desde el exterior, desde una las calles peatonales más transitadas en la universidad y que de nuevo tiene la voluntad de hacer transparente a todos los universitarios lo que ocurre dentro de la sala.
En el edificio racionalista se organizan las estancias técnicas de este complejo, por lo que los requerimientos tecnológicos de los laboratorios toman protagonismo, solidificandose en unos interiores reprogramables, duros y luminosos y un exterior que se difumina con una gran celosía cerámica, que tiene la intención de generar una veladura a la potencia del volumen del edificio racionalista, intentado resolver su fricción con el volumen de la nave antigua. Permitiendo que este nuevo volumen se actualice con una imagen homogénea de cerámica y luz.